Sin embargo, en esa Petición había causa para profunda reflexión, no fuera a pasar que esos bellos Seres exquisitos —representativos de la Divinidad de cada hombre, mujer y niño— proyectando esa presión y deseo a través del corazón y alma, pudiera despertar instantáneamente en toda la raza un hambre y sed de virtud, y no hubiera pastores entre todos los hijos e hijas del hombre que les dieran una comprensión de la Ley; que los alimentaran sabiamente con equilibrio y amor; y que la estampida de las conciencias que se despertaran a la Verdad Espiritual no encontraran un equilibrio apropiado a través de los Guardianes de la Raza que, desafortunadamente, se enredaron tanto como los rezagados a quienes vinieron a servir. De manera que aunque la Petición surgió de diez mil millones de Santos Corazones Crísticos, la Sabiduría de la Ley fue tal que sólo a 2,000 se les permitió la oportunidad de aumentar la presión de Su Voluntad y deseo para manifestar la Perfección Divina a través del ser externo. Y estos 2,000 se asignaron a los Espíritus Guardianes de quienes se esperaban estarían en el punto de desarrollo y madurez tal que cuando se les otorgara una Dispensación mayor, pudieran ser el balance, la guardia y los directores de la conciencia de la humanidad en proceso de despertar. En vista de que la respuesta de estos 2,000 mostró mérito, la Ley aumentó una vez más la Dispensación y le dio a 200,000 bellas Presencias la oportunidad de exteriorizarse a través de la forma externa. Y aún otra vez la Dispensación le fue otorgada a un millón, y luego a 10 millones.
Es a USTEDES —que han recibido los beneficios de la presión adicional de sus Santos Seres Crísticos, la cual los ha traído a esta Actividad— que les hablo, ya que ustedes son los Pastores del Nuevo Día. No podemos descargar a esos otros bellos Seres Crísticos la oportunidad de alcanzar sus propios seres externos hasta que los Pastores estén preparados, anclados y en toda medida "aptos" para manejar las energías de las masas, las cuales cual grandes mareas del mar barren de un lado para otro, hasta que sean guiadas y canalizadas a través de ustedes hacia la propia comprensión de la Vida.