martes, 1 de noviembre de 2011

LA HERMANDAD DEL HOMBRE

No existen muchas corrientes de vida que puedan com­prender el alentador deseo para la Hermandad en el corazón de todas las personas, sin mencionar el esfuerzo aun más difícil que denota el sacrificar su ser externo para la Causa. través de los siglos, desde que la humanidad cayó de su estado natural de perfección espiritual, uno puede casi contar con los dedos de sus manos las corrientes de vida que han trabajado intensa­mente para atraer la atención de la raza humana hacia el Estado Divino. Entonces, casi invariablemente, estos espíritus dedi­cados, se gradúan en la rueda del nacimiento y la muerte a través de su propio esfuerzo auto-consciente dejando el escena­rio de la lucha terrenal a los pocos que han permanecido y que han comprendido su misión y se dedican a seguirla. 

Toda labor espiritual de parte de los "Pastores" de la raza es tan eficaz como lo es el sentido de amor dentro de ellos. El único propósito para las normas y reglamentos en cualquier trabajo es el de asistir al agrupamiento de corrientes vitales en la escalera de evolución, pero muchas veces se encuentran que "la palabra destruye" cuando no es correctamente usada, don­de el espíritu debe dar vida. 

Los Maestros del Saber siempre se han esforzado en incul­car dentro del estudiante de la Vida, el deseo de cumplir con ciertas leyes que hacen que, para ellos, el progreso sea feliz y productivo. Este es el Verdadero (camino para guiar a las "ovejas" desde las tenebrosas cavernas de la apariencia humana a la Luz del despertar de Dios. 

Es muy encomiable el mantener en alto una antorcha encendida para que su luz alumbre la oscuridad del tortuoso camino que conduce del mundo de la oscuridad a la Luz. Pero cuando el "aceite del espíritu" se derrama en una Nueva Lám­para, sabios son aquellos que llenan sus lámparas individuales en esa fuente, debido a que el "suministro" puede secarse en la hora de mayor necesidad. Entonces ¿con qué podremos alum­brar el camino para los Hijos de los Hombres? Muchos indivi­duos se presentan con una lámpara vacía a la hora en que la Luz es más necesitada. Estos no tienen la sustancia (Luz) y no pueden conducir al que lo busca como guía para que lo lleve al verdadero sendero que lo llevará a su eterna liberación. 

Es muy noble que un Espíritu Guardián escoja el mante­nerse con su pueblo. Pero hasta Nosotros los de la Hueste As­cendida que vivimos en el corazón de la Armonía, solemos visitar el Sol de Nuestro Sistema para renovarnos en forma tal, que podamos servir mejor a la humanidad, la cual trata insacia­blemente de encontrar el verdadero camino que le dará la liber­tad y romperá todas las cadenas que lo mantienen unido al mundo de la forma. 

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