sábado, 12 de febrero de 2011

PUENTES Y CONSTRUCTORES

Cuando se escoge a seres no-ascendidos como socios conscientes y co-trabajadores para comprometer las energías de sus propias corrientes de vida en la ejecución de tal Plan o Diseño, los resultados últimos son siempre problemáticos porque, a causa del uso del libre albedrío y de la naturaleza impredecible del ser externo, es absolutamente imposible determinar absolutamente cómo —bajo ciertas presiones y circunstancias— reaccionará el chela individual (con todas sus tendencias, intereses propios y debilidades).


La idea o diseño que actualmente pretendemos incorporar al mundo de la forma, es la provisión de un puente consciente de energías inteligentes y consecuentes. Sobre este puente podremos verter Instrucción, Radiación e Iluminación, así como los principios requeridos de aplicación mediante los cuales la humanidad, por cuenta propia, podrá producir Luz, Salud, Iluminación y Suministro a modo individual; y colectivamente podrá, por conducto del aura natural y radiación de sus propios cuerpos, producir la Luz Espiritual que la Ley Cósmica requiere para sostener al planeta en su lugar apropiado en el Sistema Solar.


Quienes son chelas y trabajadores conscientes, aquéllos cuyos motivos son los de expandir la Luz y prestar el mayor servicio posible —no a la personalidad, sino al desenvolvimiento del fuego potencial en el alma—, tienen que ser unipuntuales en este deseo cooperativo e individual de proveer y sostener dicho puente, cada cual en la medida de sus particulares talentos individuales y colectivos.

Cada vez que aparece una combinación de esta índole, nos esforzamos en sostenerla como un cuerpo espiritual a través del cual podemos llegar a la raza... ¡y esto hacerlo rápido! Nuestra medida de evaluación es el bien último que se hace a través de las conciencias individuales y colectivas a las que traemos las bendiciones de Nuestra Presencia. Dicha conciencia colectiva está compuesta de las almas individuales de todas las corrientes de vida magnetizadas que vienen a sentarse a los pies del Maestro; y todos los esfuerzos ajenos que no contribuyen a promover este bien —el cual es Nuestro Único Propósito— son energías desperdiciadas que no representan beneficio alguno para nuestra Causa.


El Morya

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