¡No basta con contemplar la belleza de las esferas internas! ¡No basta con compartir la Comunión de los Santos; no basta con asolearse en el amor de esos Amigos que te custodian! Hoy es el día en que es menester que des y consagres tu mundo de sentimientos a tu Maestro, y en ese momento permitirle destellar a través de dicho mundo…esperanza, confianza, coraje o paz, a cualquier hombre, mujer o niño que pueda requerirlo en ese instante, al tiempo que te desenvuelves en el sendero diario de tu existencia.
¿Es tu mundo emocional tu Maestro o es el sirviente de la personalidad? ¿Es tu mente la mente de tu Maestro, serena y calmada para escuchar Sus Palabras, para seguir Sus indicaciones, para unirse con Él en regocijo al exteriorizar el Plan Divino? ¿O es una tienda de segunda mano en la que tus asociados dejan la ropa usada que ya no quieren, donde le das vuelta una y otra vez a cosas sin importancia? ¿Es tu cuerpo el cuerpo de tu Maestro? ¿Tienes labios consagrados a través de los cuales no se vierte energía que no ilumine, eleve o purifique? ¿Manos consagradas a través de las cuales no pasa ningún gesto que pudiera herir? ¿Ojos consagrados demasiado puros para contemplar la iniquidad? ¿Has pensado más allá del significado superficial de esa frase sola?
Has dicho que tu conciencia le pertenece al Santo Ser Crístico, y has hecho una rendición mental. ¡Pero el Santo Ser Crístico es demasiado puro para contemplar la iniquidad! En el momento en que reconoces la imperfección, has dado pie a la separación —¡el Santo Ser Crístico y tú! ¡En el momento en que entras de nuevo a esa conciencia de Perfección, vuelven a unirse! El Santo Ser Crístico no es un cuerpo —es una conciencia que debe ser cultivada. A través de las elegías de tu pensamiento y sentimiento, el Santo Ser Crístico se convierte en la actividad de tu pensar y sentir a cada hora, día, minuto y segundo. De esta manera te elevas a Su plenitud.
Maitreya
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